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De comunicadora a Sexitosa

Siempre me he movido entre la niña perfecta y la rebelde que no levanta demasiado la voz. Me gusta ser diferente y hacer las cosas a mi manera. No me caso con nadie, así de buenas a primeras, y me gusta hacer revisión de las decisiones pasado un tiempo. Creo que es lo más sano en cualquier relación.

Me centro más en decidir cómo quiero hacer las cosas (centrándome en que me sean útiles y las vaya a disfrutar) que en copiar modelos de comunicación que no están alineados con mis necesidades. Si vamos a trabajar juntas, ya te avanzo que lo haremos así.

En mis redes sociales no encontrarás «los 5 tips para doblar tu facturación» ni «te regalo estas plantillas para tu contenido mensual». Prefiero invertir el tiempo en conectar con personas, que mis clientes estén satisfechos y en seguirme formando encada cosa que me resulte curiosa.

Así que si me quieres seguir la pista te recomiendo que te metas en mi buzón para estar bien conectada con la #sexitosalifestyle

Te respondo a la difícil pregunta

¿Quién soy?

Recuerda… no preguntamos lo que hacemos… sino quién somos. Ahí está el reto. Así que voy a probar suerte.

Inmortalicen recuerdos es una de mis pasiones. Aunque te confieso que los recuerdos se recuerdan menos cada vez que los recuerdas. Pero qué quieres que te diga… me chifla conservar esas sensaciones y emociones. A los 30 lo entendí. Capturar instantes y hacer que perduren para siempre.

Trascender, vaya.

Nada más lejos que la realidad. Justo te contaba que a los 3 años ya sentía la necesidad de comunicar. Pues durante un largo periodo de mi vida me sentí encerrada e incomunicada por mi ego, (aunque tardé muchos más en darme cuenta).

Tenía la sensación de hacerlo todo de PM y que el resto del mundo eran unos ineptos. Literal. Y no vamos a negar que alguno habría, pero estaba rodeada de personas con potencial y talento que no sabía ver.

El autoconocimiento, el trabajo personal y mi podcast me ayudaron a derrumbar ese muro desde el que miraba el mundo y a poner los pies en la tierra, para desde ahí conectar con el potencial de las personas que me acompañan en este camino.

El día que di con esta palabra, casi le pido matrimonio. De esos con anillo y vestido blanco de cola (todo eso que me negué a tener el día que me casé de verdad). Pero, eso te lo cuento otro día.

En mi podcast «Una de cada» entendí mal una palabra en medio de una conversación y me reí. Me miraron raro y confesé… «es que he entendido sexitosa». Su cara de asombro terminó predicando a los cuatro vientos que ellas también querían ser sexitosas por la unión empoderada de sexy y exitosa.

Pues así es como me siento. Y desde entonces he conectado con mi para qué. Ese lugar o esa actitud desde la que quiero hacer cada una de las cosas en mi vida. Fue mi entorno el que empezó a usarlo para referirse a mí. Y eso me flipó.